Meninas feas

Jacob Vilató emprende un viaje interior a través del conjunto de obras aquí expuestas. Es, sin lugar a dudas, simbólico que, durante el periodo histórico que vivimos, el artista escoja explorar plásticamente la obra más emblemática de la historia del arte español: Las Meninas. Aunque, en realidad, es la serie que Pablo Picasso realizó en 1957 sobre el histórico lienzo de Diego de Velázquez la que le sirve de punto de partida.

Las Meninas de Vilató pueden entenderse como parte de un proceso de afirmación vital en la Edad Covid: "estoy vivo, pinto, me reafirmo como artista y como persona". En lo artístico, indaga sobre el espacio, el color y su interrelación; sobre la figura y la forma; así como la materia. En lo personal, reivindica su historia familiar, su vínculo con Picasso y la serie que este último donó al museo que lleva su nombre en Barcelona.

Las relaciones interpersonales entre los personajes de Las Meninas y el público son clave en la obra de Velázquez. El artista del siglo XVII pone en evidencia la compleja naturaleza de la pintura en sí y su relación con el espectador. En las variaciones picassianas, el público asiste como testigo al gran debate plástico que Picasso emprende con Velázquez y su principal obra. Vilató, en su caso, escenifica un diálogo interno entre los personajes y él mismo. Entabla una conversación íntima, con el pincel o el lápiz como médium, para expresar aquello para lo cual no encuentra palabras.

La configuración del espacio debe en gran medida al uso que Vilató hace del color. Las tonalidades intensas que emplea referencian a aquellas utilizadas por Picasso en su propia serie. Sin embargo, se desmarca al utilizar ciertos azules, grises y negros con los que consigue una ambientación etérea en algunas de las obras. El espacio pictórico, diáfano por lo general, está definido por la ubicación y tamaño de las figuras, así como por el uso que hace del color.

En Las Meninas encontramos una figura que, aunque pueda parecer menor, es indispensable para determinar el tiempo y el espacio en la obra: el Aposentador de la Reina. Esta figura, vestida de negro, en movimiento, casi imperceptible al fondo a la derecha, es esencial en el debate espacial, así como el punto central en el juego de perspectivas velazqueñas. En la serie de Vilató, el cortesano es un ideograma en negro, casi omnipresente en las diferentes variaciones, una especie de símbolo que representa un ser o una idea. Por su ubicación, parece velar, como si de una figura paternal se tratase, sobre lo que acontece en los primeros y medios planos.

Por último, cabe recalcar que la materialidad en las obras de Vilató cobra un protagonismo destacado. Las pinceladas acentuadas, las gotas que chorrean, o el carboncillo y el pastel que emplea sobre un papel de gran textura evidencian su interés por destacar el acto creativo. Su preferencia por las texturas le lleva a experimentar con diversos elementos, obteniendo resultados que distan de las obras de referencia y reafirman su independencia.

La serie de Las Meninas de Jacob Vilató es parte de un continuo histórico. A través de ella, el artista rinde tributo a dos grandes genios de la historia de la pintura. La creación de esta serie no solo es para él una exploración plástica, también significa un viaje interno que, como él afirma, "lo que consiguen Las Meninas es que pueda hablar". En el proceso, reencuentra el gran poder comunicativo que tiene el arte y reivindica la necesidad de expresarse a través del mismo.

Bernardo Laniado-Romero

Historiador de arte, anterior director de los museos Picasso en Barcelona y Málaga

Título:	Meninas Feas
Fecha de inauguración:	11 de noviembre de 2021
Espacio:	Museo Clavijero. Morelia, México.
Contenido:	Pinturas de varios formatos y dibujos.
Número de piezas:	32 pinturas, 7 libretas.
Comisario:	-

Meninas feas

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